viernes, 11 de noviembre de 2011

Numerología

La luna, origen de los primeros calendarios
Hoy es 11 de noviembre de 2011, es decir, el 11-11-11. Para muchos hoy es un día especial debido a esta secuencia numérica, de forma que hay quienes han elegido esta fecha para casarse, para comprar más lotería o cupones "por si toca", etc.

La numerología se nutre de una forma muy peculiar de la superstición de las personas. Atendiendo a esta premisa, estudiosos de todas las épocas han predicho el fin de nuestros días o han vaticinado grandes desgracias en base a los números.

Es especialmente llamativo el hecho de que cada cambio de siglo ha predispuesto al hombre occidental a estar alerta ante un posible fin de todo. Tanto el año 1000 como el año 2000 fueron demonizados por significar un cambio importante en la secuencia numérica natural, haciendo depender de tal orden a fuerzas naturales que suelen regirse por pautas geológicas y/o astronómicas desvinculadas de tales cálculos.

Y toda esta reflexión viene a cuento porque, este famoso y esperado 11 del 11 del 11, tan solo tiene valor para los seres humanos que se rigen por un calendario gregoriano, es decir, el calendario que se estableció en 1582 bajo el papado de Gregorio XII (de ahí su nombre) y que obedece a una ordenación del tiempo en base a la celebración de la Pascua cristiana (es decir, semanas de 7 días, duración de los días y establecimiento de los años regulares y bisiestos). Este calendario nos da la lectura de día y mes actual, mientras que la contabilidad del año la inició Dionisio el Exíguo, un matemático y monje rumano, que tras varios años de estudios de la Biblia y otros documentos históricos, estableció el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre del año 753 de la fundación de Roma, tomándose este como Anno Domini (Año 1 del Señor).

Esta explicación me lleva a la pregunta ¿Y cómo cuentan el tiempo los No Cristianos?

Como ya se ha visto, la civilización romana contaba sus años a partir de la fundación de su eterna ciudad, pero antes de Jesús, su propio pueblo (el judío) contaba los años a partir de la Génesis del mundo (establecida ésta el 7 de octubre del 3761 a.C., 1 del mes de Tishrei del año 1), por lo que, según el actual calendario hebreo, estamos viviendo en el año 5772. A ésto hay que sumar que sus meses son de 29 o 30 días, por lo que la fecha hebráica de hoy es 8 del mes de Jeshván, es decir, el 8 del 2 del 5772... Nada que ver con la mágica cifra cristiana.

Y aún hay más. Para dos porcentajes importantes de la población mundial, como son la musulmana y la china, las cifras vuelven a cambiar.  Para los últimos, su calendario arranca en el 2697 a.C., por lo que su año actual es el 4708, concurriendo hoy el día 15 del noveno mes (15-9-4708, aunque hay que puntualizar que para cuestiones civiles se rigen por el calendario gregoriano), mientras que para los primeros hoy, en el calendario de la Hégira, es de 1432, estando ahora en el día 15 del mes Thul-Hijjah (15-12-1432).

Sabiendo estos datos cronológicos, creo que queda demostrado como inverosímil que las fechas del calendario puedan deparar catástrofes comunes a la humanidad. Estas catástrofes tendrán que venir como consecuencia de nuestras acciones o como natural devenir de las fuerzas de la naturaleza, pero nunca por cumplir con un estipulado proceso numérico, nacido del cálculo de concepciones religiosas de las distintas razas humanas.